Aunque a día de hoy podemos encontrar definiciones muy estrafalarias, lo cierto es que, en esencia, el concepto de industria 4.0 se comenzó a utilizar por el gobierno alemán para describir las implicaciones que tenía una fábrica inteligente. Un nuevo término que trataba de englobar el conjunto de procesos automatizados e informatizados a través del internet de las cosas (IoT).
¿Qué se espera de la industria 4.0?
Se espera que suponga una revolución al mismo nivel que todas y cada una de las revoluciones industriales que ya ha vivido el ser humano. De hecho, Mark Watson, director asociado de IHS asegura lo siguiente.
El gran desafío de la industria 4.0 es poder crear las herramientas adecuadas, a través del hardware y del software, para que la ingente cantidad de datos provenientes de las fábricas inteligentes pueda ser utilizada para mejorar nuestras vidas.
Unas expectativas nada pretenciosas si echamos un vistazo a nuestro alrededor y comprobamos que el análisis de esa información que generan las fábricas inteligentes ya está teniendo lugar.
¿Qué implica este nuevo concepto?
Ni que decir tiene que las implicaciones de esta nueva revolución industrial de la que estamos siendo testigos son enormes y, sobre todo, de muy diversa índole. Sin embargo, lo que podemos decir hasta este momento es que este nuevo concepto ha implicado el introducir una mayor flexibilidad e individualización en los procesos de fabricación, los cuales, hasta este momento, eran muy rígidos.
¿Qué sectores se verán beneficiados de esta evolución?
Dentro del medio y largo plazo todos los sectores industriales, de un modo u otro, se verán beneficiados por la industria 4.0. Sin embargo, lo cierto es que en el corto plazo, sobre todo por la inversión de recursos que se está llevando a cabo, el sector de le electrónica y de la alimentación están siendo los primeros en notar las ventajas que tiene la flexibilización de procesos que acabamos de mencionar.
Asimismo, otro sector que también se verá beneficiado dentro de no mucho es el automotriz ya que los fabricantes, sobre todo los punteros a nivel mundial, tienen que adaptar cuanto antes sus vehículos a las peticiones que realizan sus clientes.
Las redes inalámbricas, un paso
Aunque se podría pensar que la interconexión de todos estos sistemas, tanto los que proporcionan los datos, como los que los reciben y analizan, es inalámbrica, la penetración de este recurso todavía es escasa.
Sin embargo, con el paso de los años, seguramente dentro del próximo lustro veremos una progresión exponencial en este sentido. Y es que el gran reto es, como ya hemos dicho, poder analizar ingentes cantidades de datos, las cuales, seguramente no tengan lugar en el propio centro de fabricación.
Todo esto, en consecuencia, nos lleva a pensar que tanto el hardware como el software debe ir de la mano siendo este último, no obstante, el que más peso va a tener en los próximos años al tener que desarrollarse complejos algoritmos que sean capaces no solo de analizar la información que reciban sino también de tomar decisiones en consecuencia.